Does the Fountain of Youth Exist? SPANISH

Hace veintidós años, tuve el privilegio de vivir y servir con Voluntarios Jesuitas en Tacna, Perú, enseñando inglés y entrenando basquetbol. La pequeña ciudad se asienta en una ladera árida a medio camino entre la costa del Pacífico y la cordillera de los Andes, en el desierto de Atacama, uno de los más secos del mundo. Durante mis dos años allí, sólo llovió tres veces. Mis alumnos, vecinos y amigos dependían del agua que brotaba de las altas montañas. En varias ocasiones, no corría agua por nuestros grifos. La gente decía: “Volverá a fluir mañana” o “en un par de días”. Luego pasó una semana sin agua.

No había agua para bañarse, lavar la ropa y los platos, ni limpiar la casa. Después de una semana sin agua, grandes camiones cisterna comenzaron a pasar por las calles dos veces por semana. Todo el mundo dejaba lo que estaba haciendo y buscaba cubetas, barriles y cualquier recipiente disponible en su casa para llenarlos de los camiones de agua. Yo viví la experiencia de recoger agua de un camión sólo durante tres semanas, pero el mismo escenario existe para la comunidad del Buen Samaritano de Tegucigalpa (Honduras) todos los días. Trágicamente, la esperanza de vida media de quienes viven cerca de los basureros es de sólo 35 años.

El poder de este regalo que da vida es incalculable: ya lo hemos experimentado en Etiopía.

A principios de este año, tuve la oportunidad de visitar a nuestros amigos en Addis Abeba, Etiopía. Tres años antes, vi familias que dependían del agua que llegaba a la comunidad en camiones y largas filas para llenar bidones de cinco galones en el único grifo de la comunidad. Los niños esperaban horas en la cola en lugar de estudiar. Los miembros de la comunidad parecían más saludables, más jóvenes y con más energía porque ahora tenían fácil acceso al agua. Con la colaboración de International Samaritan en 2021, construimos dos pozos. Una junta comunitaria de agua acepta un pequeño pago para llenar jarras de agua o para usar las nuevas duchas comunitarias. Muchos leprosos viven en la comunidad y pueden asearse y lavarse adecuadamente para prevenir infecciones.

Conocí a una mujer, Adaam, miembro de la junta del agua, que trabajaba para ayudar a mantener las duchas y las instalaciones de agua. Recogió 3 Birr etíopes de un hombre que había recorrido con su burro tres kilómetros para llenar sus bidones. Estaba agradecida por su trabajo y por el propósito que el pozo le había dado a ella y a la comunidad porque, de lo contrario, como leprosa, mendigaría en las calles y hurgaría en el basurero. Adaam estaba orgullosa de su trabajo. Recordé la historia del evangelio del encuentro de Jesús con la mujer samaritana en el pozo. No sentí que yo le estuviera dando la vida.En cambio, su transformación me inspiró. Esta mujer tiene ahora una posición, un propósito y dignidad.

¿Existe la Fuente de la Juventud? Sí, donantes como usted están marcando la diferencia al dar a cientos de personas en todo el mundo el don del agua a la manera de Cristo. Esta semana, mientras celebramos el Día Mundial del Agua, un derecho humano básico, ¿considerarías unirte a nosotros en el pozo?

Andrew Pawuk, Vicepresidente de IntSam

Andrew ha estado con International Samaritan desde 2007 y supervisa sus programas en cinco países. Se graduó de St. John’s Jesuit High School y tiene una maestría en Estudios Internacionales. Asiste a St. Mary Student Parish en Ann Arbor, es un ávido observador de aves y canta con el coro de hombres de Medida por Medida.